martes, 8 de marzo de 2022

El gran problema del Nitrógeno

 



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El Nitrógeno (símbolo químico N) es el mineral más abundante en la planta, constituye la mayor parte de nuestra atmósfera y puede ser nuestra mayor inversión cuando buscamos apaciguar al gran Dios, el rendimiento de nuestras cosechas. Sin embargo, esta espada de doble filo corta profundamente cuando reina la impaciencia, la codicia y la ingenuidad.

El Nitrógeno nítrico cancerígeno contamina ahora todas las fuentes de agua de los países "desarrollados". De hecho, los certificadores orgánicos deben mirar para otro lado para evitar el sombrío reconocimiento de que los ecológicos simplemente no podrían existir, si realmente acataran sus propias rígidas regulaciones de Nitrógeno.

Sin embargo, la contaminación de nuestra preciosa agua se ve eclipsada por el impacto de la mala gestión del Nitrógeno en el cambio climático. El ciclo del Nitrógeno implica una forma gaseosa y ese gas, el óxido nitroso (N2O), espesa la capa de gases de efecto invernadero que atrapa el calor, 310 veces más que el CO2. La agricultura aporta el 80% de ese óxido nitroso, y este factor a menudo se ignora en la consideración más amplia de las soluciones al calentamiento global. Podemos gestionar el Nitrógeno de forma mucho más eficiente de lo que somos actualmente, y esa gestión nunca debe implicar un sacrificio. De hecho, puede ser una solución tremenda en la que todos ganan.

Mala gestión en múltiples niveles

La capa que atrapa el calor y calienta nuestro mundo se compone principalmente de tres gases, dos de